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sábado, 28 de mayo de 2011

FASCITIS PLANTAR


INTRODUCCION:
Hay muchas causas potenciales de dolor en el área del talón (talalgia), pero la gran mayoría de casos se deben a la irritación de la inserción de un tejido fuerte (fascia plantar) en el hueso del talón (calcáneo).

Si cuando al levantarse, generalmente a la mañana, los primeros pasos al bajar de la cama le causan un dolor agudo en el talón y/o planta de su pie, existe la posibilidad de que usted presente una Fascitis Plantar.

La fascia plantar es una aponeurosis engrosada que se origina en la tuberosidad medial del calcáneo y se extiende hasta el arco plantar anterior, formando 5 bandas, una hacia cada dedo del pie. Su función es mantener la curvatura longitudinal de la bóveda plantar, así como amortiguar las fuerzas que se ejercen sobre la misma.


La función de la fascia es la de proveer al arco longitudinal del pie de estabilidad y de absorción de impactos. En los fondistas, la inflamación de la aponeurosis plantar es provocada por las tracciones repetidas e importantes en cada impacto y la propulsión del pie.

Si la banda es corta usted tendrá un arco alto, y si es demasiado larga usted tendrá un arco bajo o lo que alguna gente llama pie plano. Una capa de grasa en su talón cubre la fascia plantar para ayudarle a absorber la fuerza del golpe generado al caminar.

Al comenzar a correr, como en otras lesiones debidas a sobrecarga deportiva, se puede desencadenar el dolor sobretodo al comienzo de una sesión de entrenamiento. Puede disminuir durante la carrera, no reapareciendo hasta el final de la misma, a veces, varias horas después o al final del día. Como no queremos parar de entrenar, caemos en un círculo vicioso, donde con cada entreno agravamos más la lesión, llegando en casos más severos a incapacitarnos para la actividad diaria.

Si la Fascitis Plantar no se trata, puede convertirse en una dolencia crónica, y llevarlo a perder su ritmo habitual de actividad como así también desarrollar sintomatología asociada más compleja, como problemas en el pie, rodilla, cadera y región lumbar, debido al cambio en el patrón normal de la marcha.

El dolor de talón también puede tener otras causas, como por ejemplo, una fractura por compresión, tendonitis, artritis, irritación del nervio o, algunas veces, un quiste. Como existen varias causas potenciales, es importante que el dolor de talón sea diagnosticado correctamente.

CAUSAS:

La fascitis plantar fue descrita por primera vez en 1812 y se pensaba que era consecuencia exclusiva de una protuberancia en el hueso del talón (espolón calcáneo) que genera presión sobre los tejidos musculares, pero con el paso del tiempo se ha encontrado que al menos en la mitad de los casos no se presentan problemas óseos, sino exclusivamente uso forzado del pie.

La lesión se origina por la degeneración de las fibras de colágeno causada por repetidos microtraumatismos que superan la capacidad del organismo para repararse.

Existen una serie de factores que predisponen a la aparición de la fascitis plantar:

Factores anatómicos: Pie cavo, pie plano, disimetrías de miembros inferiores. Si el arco es muy pronunciado o escaso (pie plano) la probabilidad de sufrir esta lesión es mucho mayor.

Factores funcionales: debilidad del soleo, del tendón de aquiles o de los músculos intrínsecos del pie.

Exceso de uso (típico de atletas): Ante todo, los corredores de fondo pueden sufrir este problema cuando modifican su ritmo o periodicidad de entrenamiento o aumentan la distancia recorrida.

Técnica de carrera deficiente: Un taloneo excesivo favorecerá la aparición de esta lesión

Factores externos: También se puede presentar cuando cambian la superficie del terreno por una más dura o en caso de que el calzado esté gastado y no brinde suficiente protección a los talones.

Falta o deficiente elongación y/o falta de flexibilidad en el tobillo y pie

Sobrepeso

Edad: la pérdida de fuerza de la musculatura intrínseca del pie y la disminución de la capacidad de regeneración a través de los años .A medida que la persona envejece, la fascia plantar pierde su elasticidad y la capa de grasa en el talón se hace más delgada y no puede absorber tanto la fuerza generada al caminar. Esta fuerza adicional lesiona la fascia plantar.

TRATAMIENTO
Reposo: La disminución de la actividad o reposo es el principal tratamiento para la Fascitis Plantar, fundamentalmente por la disminución de la carga del peso en el pie. Recuerde que en cada paso, ud. carga 1,5 veces su peso corporal. Además, es recomendable evitar andar descalzo.
Analgésicos: Los analgésicos antiinflamatorios orales proporcionan alivio a muchos pacientes.
Hielo: En fase aguda del dolor, utilizaremos el HIELO. Se aplicará preferiblemente un par de veces al día en bolsas de hielo-gel. También se puede llenar una pequeña botella de plástico con agua y congelarla para hacer rodar el talón y el arco del pie sobre la botella durante unos 20 minutos proporcionando masaje, estiramiento y frío. El frío limita el dolor, la hinchazón, el hematoma y la inflamación.
Fisioterapia: La fisioterapia puede ser útil, pero por su costo y gasto de tiempo, se emplea generalmente cuando han fracasado otros métodos de tratamiento. El objetivo inicial de la terapia física es disminuir la inflamación. Más tarde, se pueden potenciar los pequeños músculos del pie para que presten soporte a la fascia plantar debilitada.
Taping: (vendaje con tiras de esparadrapo adhesivo) puede ayudar a calmar el dolor. Un vendaje tipo Taping limitará la tensión sobre la fascia plantar. También es útil cuando ha habido una ruptura de la aponeurosis, y para atenuar o eliminar las inflamaciones de esta aponeurosis.
Taloneras: Existe una gran variedad de almohadillas para el talón o taloneras, y generalmente son útiles.
Calzado: Los calzados con tacón blando y amplio, y con suela relativamente rígida proporcionan la máxima comodidad y protección. El calzado deportivo es recomendable.
Férulas nocturnas: Si los síntomas son persistentes, tal vez necesite usar plantillas o una férula de dorsiflexión nocturna que utilizará mientras duerma, todas las noches.Las férulas nocturnas mantienen el pie extendido a nivel del tobillo, y son un método eficaz de tratamiento. Algunas férulas son bastante caras, pero hay alternativas en fibra de vidrio a un precio razonable.
Yesos: En casos extremadamente agudos o resistentes, la colocación de un yeso de marcha corto durante tres a seis semanas aliviará y ocasionalmente solucionará el problema.
Infiltración: Las inyecciones de corticoides y anestésicos locales pueden ser muy eficaces en casos resistentes. Deben ser administradas por un médico experimentado en esta técnica.
Cirugía: Rara vez está indicada. Sin embargo, tras 6 a 12 meses de tratamiento conservador, una liberación quirúrgica parcial de la fascia plantar puede estar indicada. La recuperación tras la intervención generalmente es lenta, a menudo no produce una curación completa, y tiene algunas complicaciones potenciales.

PREVENCIÓN DE LA FASCITIS PLANTAR

Lo más importante para nosotros, será prevenir esta lesión, ya que es relativamente fácil y no nos ocupará mucho tiempo, lo haremos incorporando unos ejercicios fáciles de estiramiento.

Antes de cada entrenamiento, deberíamos rodar suave de 5 a 10 minutos, y después del ejercicio procederemos a realizar además de los estiramientos habituales, los específicos de la planta del pie, para disminuir la probabilidad de lesión en la fascia del pie y las músculo tendinosas.
Ejercicios de estiramientos:
Si tenemos molestias en la planta del pie, se harán los estiramientos antes, después del entreno y antes de acostarnos. Se realizaran durante 15’’, aumentando 5’’ cada día hasta llegar a 1 minuto cada uno.
Ejercicio 1: nos situamos con el pie lesionado sobre la rodilla contra lateral, cogiendo la base de los dedos con la mano, y estirando de ellos hacia atrás hacia la espinilla hasta notar que el arco de la planta del pie se tensa, entonces mantenemos 15’’ y repetimos. Haremos 3 series de 10 repeticiones al día.


Ejercicio 2: En uno de los ejercicios debe pararse contra una pared con una rodilla estirada y la otra flexionada. En ambos casos la planta del pie debe estar apoyada en su totalidad sobre el piso. La pierna que trabaja es la de atrás. Acérquese a la pared con su tronco, sin levantar el talón, como si empujara la pared. Mantenerse en esta posición durante 10 segundos, relajarse y elongar.

Repetir este ejercicio 15 veces por cada pierna.

Ejercicio 3: el mismo ejercicio que el anterior, pero estirando las piernas para el músculo sóleo. Apoyándose contra la pared, adelantando la pierna que no estiramos, manteniendo el talón de la pierna a estirar pegado al suelo, con los dos pies en la misma dirección.



Ejercicio 4: con pelota de golf o pelota pequeña de goma dura situarla en la planta del pie, y hacerla rodar por todo el arco del pie en ambos pies, cuidando de no presionar en exceso la zona, y mantendremos especial cuidado en el centro del talón. También estiramientos dinámicos con un bote o lata.





Ejercicio 5: Masajeando con nuestros dedos el arco longitudinal del pie, de forma circular, sobretodo encima del punto doloroso principal, lo podemos hacer 3-4 veces al día.


Ejercicio 6: Con los dedos en flexión, sentarse en el suelo, sobre los talones (pies descalzos), mantener la postura diez minutos. Descenderemos los glúteos hacia los talones hasta que notemos la tensión. Si aparece dolor en este proceso, elevaremos los glúteos.

Tabla resumen de ejercicios



Ejercicios de fortalecimiento
Destinados a fortalecer los músculos del pie antes y después de la lesión.

Presión sobre escalón: de pie sobre el borde de un escalón, nos apoyaremos sobre los dedos y apretaremos hacia abajo con el talón, contando hasta 5 y relajaremos, repetiremos 10 veces.

b. Agarre con toalla: sentado en una silla, con una toalla extendida sobre el suelo delante nuestro, agarraremos la toalla con los dedos recogiéndola, mantendremos el talón en el suelo repetiremos 10 veces, 3 veces cada día.







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