PREVENCION Y PRIMEROS AUXILIOS
Los problemas suelen ser resultado de :
- Técnicas de entrenamiento defectuosas
- Anormalidades biomecánicas
- Transtornos congénitos o adquiridos
- Calzado inadecuado
- El terreno.
-En primer lugar, por inadecuados y/o escasos calentamientos. También por repentino aumento de ejercicio o que éste sea excesivo. O por una vuelta no gradual al ejercicio tras la lesión o descanso.
-En segundo lugar, las pequeñas anormalidades anatómicas y biomecánicas que pueden provocar la aparición de lesiones. Desgastar las zapatillas por fuera no tiene importancia a no ser de forma exagerada (hipersupinadores por pie cavo), pero hay que preocuparse si se desgastan por dentro (puede que por pie plano) y se necesitaría un estudio biomecánico y usar por rutina dos pares distintos.
No tiene sentido hacer ejercicio cuando existe dolor o lesión. Después de tomar las necesarias medidas de primeros auxilios, el paso siguiente es obtener un diagnóstico exacto sobre el daño producido. Una vez hecho el diagnóstico y tratamiento, hay que iniciar la recuperación con ejercicios específicos que ayuden a la parte lesionada, bajo la supervisión del fisioterapeuta y dentro de los límites del dolor.
Si hemos intentando atajar la lesión incidiendo sobre las causas y aun así aparece, nuestra actuación se va a limitar a una serie de medidas que aliviarán e incluso (a veces) acabarán con las molestias.
- Reposo y elevación del miembro
- Hielo (en las primeras 72 horas)
Calor húmedo (desde el tercer día)
- Baños de contraste
- Gel anti-inflamatorio
- Ejercicios alternativos (natación, bicicleta estática…)
- Protecciones (taloneras, musleras, rodilleras…)
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